En sí la cabaña muy bonita, suficiente espacio y muy fresca, sus propietarios se esmeraron por la comodidad de los visitantes. A manera de reflexión para mejorar, había avispas al interior que picaron a un compañero de Viaje, y algo actitudinal del hijo de la dueña, muy malgeniado, todo le molestaba. Si no le gusta que los huéspedes actúen, entonces no las arrienden, como dicen en Santander sí no quiere ver sus mulas matadas no las alquile y más bien póngase a trabajar.
Muy acogedor y excelentes instalaciones
Un lugar maravilloso, tranquilo y agradable. Excelente atención. Volvería muchas veces.
Muy bonita, cómoda, excelente aseo y atención
Muy rico para olvidarse del agite de la ciudad
Muy bello
Exelente
Mágico
Muy familiar