El testigo de la gasolina se encendió en medio de la fría noche y la desolada carretera, apenas visible por la bruma, presagiaba una larga noche a bordo del famélico y frío vehiculo. Todo hubiese sido así, si a pesar del miedo y continuar rodando no hubiesen aparecido esos faros brillantes y ese ronroneo de calma. A la distancia, el Gato Negro apareció para salvarnos y poder continuar nuestro camino. Gracias Gato Negro
Buen servicio
La mejor medida de todas las estaciones del municipio...
Buena Atencion!
Buen servicio
Buenos servicios