Bueno nos alojamos en la sede campestre que está en pozos colorados una casa grande, muy tranquila y con buena atención, caminamos un kilómetro hasta la playa y disfrutamos esa combinación de estar en el campo y cerca del mar, un silencio absoluto, se lo recomiendo ára grupos de retiro espiritual o reuniones de familia, y lo mas importante económico.