Mala atención por parte del dueño del vivero, falta tacto con el cliente, demasiado ego.
Muy mal servicio, el dueño trata mal a los empleados, delante de los clientes, el dueño le falta tacto con los clientes , el cliente necesita relajarse en un lugar de estos y el dueño es asfixiante y uno se siente vigilado como si fueran a robarle los empleados no están en función de ayudar y guiar al cliente el dueño prefiere ponerlos a vigilar que lograr la satisfacción de los clientes no volveré nunca más a este lugar.