Al lugar se accede por escaleras y no tiene acceso a silla de ruedas, el mobiliario es cómodo, es un lugar con gran flujo de aire por lo tanto es fresco, la música es de instrumental europea pero no le agrega nada a la experiencia.El tiempo de espera es el correcto, la comida por su fama esperaba más pero tenía un sabor que no cautiva, la extensa carta hace un poco tediosa la selección y al encontrar alguna del gusto resulta que no tienen varias de las que están en la lista.La limonada de hierbabuena tenía un sabor muy artífices y concentrado.En cuanto su la atención, es un lugar muy medido con eso y no hay inconveniente alguno.
Siempre exquisito