Los instructores en la institución se han entregado a la tarea difícil de formar ciudadanos mejores, mediante las enseñanzas de valores propios de una civilización en pleno siglo XXI, ciertamente es una tarea ardua pero significativa y digna de ser mencionada en este espacio, labor también merecedora de elogios sinceros y, útiles no solamente para un pequeño listado de jóvenes sino que por su magnitud, beneficia directamente a un ¡ Pueblo entero!. En esta labor de formación duradera se requiere que los forjadores tengan también formación estable, para poder enseñar con ejemplos como única herramienta válida; se requiere también paciencia, constancia, entrega total y un paquete gigantesco lleno de mucha voluntad para lograr la magna tarea a la que cada uno de ellos se dedica.Como guía local y dentro de este comentario bendigo a cada instructor e instructora y, los animo a seguir luchando en medio de tantas dificultades y obstáculos que a diario hay que confrontar, para que ningún dañino haga efecto con sus artimañas, en la huerta que cultivais y por la que algún día teneis que rendir cuentas al verdadero Maestro, quien os ha dado tan bonito encomio.