Llevo montando en el Club las pilas desde que tengo 7 años . Puedo decir que estar ahí ha sido para mí una bendición . Desde los palafreneros hasta los jinetes , todos se han convertido en familia . Las pilas no es un club convencional de equitacion . Es un lugar donde aprendemos a ser ágiles , a saltar grande , a ser competitivos , a no rendirse , a caernos y a volvernos a levantar pero sobretodo un lugar donde aprendemos a amar a los caballos . Mejor imposible !