Desde su fundación, la carrera Séptima ha sido la avenida más representativa y el eje vital de Bogotá, por su valor histórico y cultural. Su desarrollo se remonta al siglo XVI, recién creada Bogotá, cuando se inauguró el camino que iba al norte, después de unir las dos plazas principales de la ciudad: San Francisco, en la calle 14, y la de Bolívar, en la calle 10.La vía se trazó sobre un viejo camino indígena que iba al poblado indígena de Usaquén. Su prolongación iba a Zipaquirá, y finalmente, a la ciudad de Tunja. En la entonces salida norte de la ciudad, cruzaba el río San Agustín, y el San Francisco. Este punto (la actual calle 26) y el centro (la Plaza de Bolívar), estaban unidos en ese entonces por tres caminos: el de la carrera Séptima se llamó Camino de la Carrera, porque eran comunes las carreras de caballos, imitando un hipódromo.FUENTE: Historia de Bogotá.
Corredor de la carrera séptima con avenida Jiménez